Bonita presentan 9/12 en la entrevista chamberga
De Consuegra (Toledo) a Palm Desert (California) hay una distancia física de más de 9.000 kilómetros en línea recta. La geografía separa pero la música une y para Sergio, voz, guitarra y alma de Bonita, los géneros desert rock y stoner que nacieron en el árido valle de Coachella se arriman tanto a las seguidillas, jotas,rondas, fandangos… de esta localidad toledana que podían ser primos hermanos.
Bonita nace para demostrar esta cercanía y como un proyecto casi familiar en el que Sergio, acompañado por su pareja Bebes a la voz, Vidal, su «cuñao» a la batería y Carlos, sin lazos sanguíneos con el resto pero ejerce de productor y toca el bajo, homenajean al padre de Bebes y Vidal.
Su estreno en directo debería haber sido el pasado 4 de abril en la entrega del botijo de cerámica de Talavera a la entrevista chamberga más leída de 2019 que iba para Invasión Cochambre. Una pandemia lo impidió y mientras salimos de ésta, vamos haciendo boca antes de su esperado debut sobre un escenario, con su entrevista chamberga en la que presentan su primer EP 9/12.
¿Cómo surgió el proyecto de Bonita?
Sergio: «Bonita nació viendo un certamen de coros y danzas en Consuegra con mi suegro, de resaca. Cuando empezó el grupo Rosa del Azafrán que son unos bicharracos, yo le aseguraba a mi suegro que esos ritmos y estructuras se parecían mucho a la música stoner que yo escuchaba en ese momento, y se me metió esa historia en la cabeza, aunque siempre que lo decía, a nadie le cuadraba mucho… Estuve un tiempo buscando gente con la que formar ese híbrido raro de jotas stoner, hasta que, de puro pesado, mi cuñado, que es un tremendo batería y manchego, me hizo caso.
Los dos empezamos a hacer la demo de 4 canciones un año después. Teníamos solo grabadas las baterías y guitarras, pero de repente, mi suegro, que fue el primero que creyó en el proyecto tuvo cáncer, con muy mal pronóstico. Así que el invierno del 2017/18 me lo pasé encerrado grabando bajos, voces y teclados para ir enseñándole por las noches cómo iba sonando. Como necesitaba una voz de verdad -no la mía, que es una sarna- convencí a Bebes, mi pareja, para que me echara una mano. Quedaba mucho por hacer, pero mi suegro pudo llegar a escuchar la esencia. Después de la demo, buscando un estudio para grabar bien un EP, tuvimos toda la suerte del mundo cuando encontramos a Black Noise Studios, y a Carlos Zaba, que se incorporó al bajo y la producción».
Sergio, sin menospreciar a tus anteriores proyectos Phantom Crest, Córcega… ¿Bonita es con el que te sientes más identificado?
Sergio: «¡¡¡Qué va!!! Yo siempre seré un Phantom, Bonita me encanta, claro, porque es una fusión que me parece muy necesaria y que revaloriza muchas cosas que damos por descontadas y no apreciamos en nuestra tierra, pero te diría que me siento muy, muy identificado con la forma en que los Phantom Crest hacíamos las cosas».
¿Cuáles son los “antecedentes penales – musicales” de Bebes, Vidal y Carlos?
Vidal: «Vengo del clásico, con lo cual mi primer sitio al que me incorporé fue a la banda de música municipal de Consuegra. Ahí me tiré un largo tiempo y en el que conocí a los compañeros de mi primera banda, Carpe Diem. Te estoy hablando de cuando tenía 15 años, donde empezaba también a tocar la batería, pues yo me formé con el saxofón. Con Carpe Diem estaría unos 10 años o así, pero con muchos altibajos ocasionados por la poca madurez de unos adolescentes que andaban como pollos sin cabeza y que en el fondo eran muy amigos. Después de esta formación, llegó Leo, un teclista Argentino y con Diego, el cantante guitarra de Carpe Diem, formamos Fetén. Esto duró unos 8 años y desapareció. Ahora estoy en una formación con Diego y Manuel, antiguo bajista de Carpe Diem y nos llamamos Los Camaleones».
Bebes: «Como dice Sergio por ahí, tuvo que convencerme porque antes de esto yo no cantaba ni en los karaokes. Si el proyecto no hubiera llevado la carga emocional que tiene, seguramente seguiría como Ariel. Así que soy la novata del grupo».
Carlos: «Comencé en la escolanía de la Catedral de Toledo a los 7 u 8 años y estuve en coro hasta los 17. A los 11 empecé unas clases de guitarra española que duraron poco, pero a los 16 años llegó una eléctrica a casa y empecé a tocar con amigos, formando Se Busca, una banda en la que el 80% del repertorio eran versiones de rock español.
Al poco tiempo empecé a conectar cables y micros al ordenador y hacer chapuzas con las grabadoras, con mis grupos y con los de mi alrededor, cosa que me ha tenido entretenido desde entonces hasta la actualidad. Luego entré en una orquesta pachanguera en la que me hacían tocar el bajo en los temas menos guitarreros, y la guitarra en los cañeros (el resto iba enlatado). Una etapa rara, pero le cogí el gusto al bajo y entré en DeMorao, un grupo rumberito de unos amigos con el que estuve tocando unos pocos años, luego lo dejé pero seguí produciendo sus grabaciones y ahora acabo de volver con ellos.
Después volví a la guitarra y al rock&roll al producir un EP a Prohibido Adelantar, a los que me acoplé una temporada. Después monté mi proyecto en solitario, pero no conseguí sacarlo adelante y volví al bajo para formar The fool on the hill, una bandaza indie que tuvo su fin con la salida en solitario de Samu del Río. Tras este periodo se empezó a fraguar otro proyecto indie, Cánovas, en el que también me acabo de reincorporar, compaginándolo con Hidrocálidos (surf instrumental), DeMorao y BONiTA. Soy maestro de música, pero en la actualidad no ejerzo, también he trabajado como técnico de sonido y de escenario con muchas bandas a nivel nacional y he sido backliner de Celtas Cortos y de Zahara, así como de algún que otro grupo esporádicamente».
Sergio y Bebes, ¿cómo llegasteis a Vidal y Carlos?
Sergio: «¡¡¡Vidal es mi cuñado!! Es el primero que se metió en esta historia, aunque a regañadientes, Bebes llegó después, y tampoco estaba muy segura. La verdad es que me he tenido que poner muy pesado con todo el mundo, ¡jejejej!. Carlos es parte de Black Noise Studios, junto con Carlos Mora (Berse), y además han sido los encargados de la producción del EP, y son la gente con la que más hemos conectado en lo musical que conozco».
Bebes: «Yo a Vidal le conozco desde que nací y con Carlos hemos coincidido en trabajo alguna vez, ¡no pensaba que fuéramos a ser compañeros de grupo!».
Vidal y Carlos, ¿qué es lo que os atrajo para uniros a Bonita?
Vidal: «Mi apoyo incondicional a Sergio y el amor hacia mi hermana. También Sergio y yo hemos conectado bastante bien en lo musical y esta idea era y es muy atractiva, así que con Carlos como bajista, es un proyecto con mucha solidez. Estoy muy ilusionado».
Carlos: «Yo había vendido una grabadora a Sergio, ya nos conocíamos, y con ella hicieron su primera maqueta y estuve pendiente del resultado. Cuando lo escuché me dejó impresionado, el sonido no era lo mejor que se podría esperar, pero habían logrado un rollo, unas atmósferas y un sentimiento, que me pareció alucinante. Además, esa fusión de folclore manchego y rock me pareció de lo más genial que había escuchado en fusión folk en muchos años.
Cuando contactaron conmigo para producir el nuevo EP, le propuse grabar la base instrumental en directo y, al no tener bajista, lo vi claro, tenía que estar ahí».
Se tiende a comparar cualquier proyecto que acerque la música popular o folklore al rock con Omega, de Morente y Lagartija Nick. ¿Inspiró este disco vuestro proyecto? ¿Ha habido algún otro artista o LP que os haya inspirado?
Sergio: «Yo llevo escuchando ese disco desde hace mil años, y ciego de envidia, sana, supongo. Bebes y yo estuvimos en un concierto de ese disco en Valencia hace muchos años. Todo ese tipo de sonidos inspiran a cualquiera que quiera hacer algo de rock fusionado con música folclórica. Y todo lo que ha hecho la órbita de Los Planetas, o el sonido Stoner de Kyuss».
Vidal: «No he escuchado apenas nada de este tipo de fusión, pero escucho mucho metal y rock progresivo y esto tiene mucho rollo de este tipo».
Carlos: «Yo tampoco he tenido esa inspiración, de hecho prefiero huir de ellas. Siempre me gusta aportar lo que sale de mí, sin pensar de dónde me ha llegado, puede que esto me lleve al plagio… pero será de manera inconsciente».
Baiuca con la música tradicional gallega, Le Parody con la música popular de Andalucía; Rodrigo Cuevas con la asturiana; Ruiseñora, vosotros…¿Podríamos hablar de una ola o escena a nivel estatal que reivindica sus raíces a través estilos como el rock o la electrónica?
Sergio: «Yo creo que al fin la gente estamos empezando a apreciar y reinventar sonidos que siempre le han sido muy próximos y por modismos, modernismos y demás, estábamos despreciando estúpidamente. Nosotros, los manchegos y castellanos los primeros y los que más.
Llevamos escuchando grupos estatales haciendo versiones y revisiones de rock celta, blues americano, soul y demás, y no haciendo ni caso a cosas que teníamos cerca. Es una suerte y mucho más rico que esto y aquello pueda convivir ahora».
Las letras de los primeros temas que habéis compartido son populares, ¿os vais a lanzar con composiciones propias pero manteniendo la esencia de jotas, seguidillas…?
Sergio: «Las letras de nuestro EP eran populares y con pequeñas adaptaciones, para que tuvieran algo más nuestro. Ahora trabajamos en el mismo tipo de temas, pero también en algunas estructuras parecidas pero con toques más personales, a veces más raretes, y letras mezcladas, en donde no se sabe donde acaba lo tradicional y empieza lo nuevo».
La segunda maqueta que habéis compartido, ya bajo la producción de Carlos Mora y Carlos Zaba, suena aún más stoner que la primera. ¿Potenciaron este estilo los productores ante otros como el noise o el shoegaze?
Carlos: «La verdad es que por mi parte no había intención de potenciar nada más que el sonido que ya traía el grupo en su primera maqueta. No creía que hubiera que hacer más que sacar, de la mejor manera, aquello que ya habían inventado antes de unirnos. Lo que me interesa de Bonita, estilísticamente, es la reinterpretación del folclore, pero el “hacia dónde llevarlo” prefiero dejarlo abierto. Por otro lado, al entrar como bajista, mi papel de productor cambió bastante y, así como en la preproducción me impliqué bastante, una vez entramos al estudio, quedó casi todo en manos de mi socio Carlos Mora, que sabía perfectamente el sonido que Sergio tenía en mente».
¿Valoráis editar las canciones en formato físico? ¿Os estáis encontrando con muchas dificultades?
Sergio: «TODAS LAS DIFICULTADES. Estamos encabezonados en sacar un vinilo precioso, pero no está la cosa fácil para encontrar casas que se arriesguen».
Elegid un momento clave de la historia de la música para vosotros.
Carlos: «No sé si debería nombrar a Mozart o a The Beatles, como momentos clave de la música popular, pero, en lo personal, fueron las bandas de rock españolas (alguna argentina) de los 90 las que me volaron la cabeza, y me hicieron rebobinar mil veces las cintas para sacar cada riff con la guitarra tarde tras tarde».
Vidal: «La primera vez que escuché la distorsión y los riff de Black Sabbath, me rompieron la cabeza, pummmm, yo quería acompañar esa mierda. Y tengo que hacer una mención especial a mi padre, pues crecí al lado de vinilos y escuchando a Iron Butterfly, la Creedence, Pink Floyd….. el fue mi Chamán musical».
Describid vuestro local de ensayo en menos de 10 palabras.
ENSAYAMOS-LO-JUSTO-PERO-LUCE-MIL
(Lo poco que ensayamos lo hacemos a caballo entre Consuegra y Argés)
¿Cuál es vuestro Chambergo de Entretiempo favorito?
Bebes: «Las joteras siempre llevamos toquilla para el relente».
Pinchadnos un Chambergazo.
María Arnal i Marcel Bagés, Canción total. (Las víctimas civiles).
Por Trenca