Drivin The Kinks

El asiento del pasajero

¿A quién pretendía engañar? ¿Acaso en algún momento llegué a pensar que podría decirle a una nena: forget all your problems and get in my car, como en Drivin’, de The Kinks? Pues claro que no, es lo que ocurre cuándo te sacas el carnet de conducir con trece años de retraso.

Drivin’, de The Kinks.

¿Podré ser capaz alguna vez de conducir y a la vez disfrutar de la música que llega de los altavoces? Lo dudo mucho, porque esa música alcanza mis oídos con la única intención de que aparte la mirada de la carretera y la líe lo más parda posible. ¿Cuántos años de conducción intensiva necesitaría acumular para que no me afectase? Seamos sinceros, lo más adecuado es que siga en el asiento del copiloto durante el resto de mi vida.

Además, viajando como pasajero no sólo puedo disfrutar de la música si no que tengo las manos libres para tocar la batería, la guitarra o, incluso, para hacer gestos de ánimo al público, a MI público, porque viajando en coche al lado del conductor, no escucho a Pearl Jam o a Nirvana si no que ¡YO soy Eddie Vedder o Kurt Cobain o la mezcla perfecta entre los dos! ¡¡Claro que si!! ¡¡¡ADIÓS!!! ¡¡¡¡La curva!!!! vaya… menos mal que no iba conduciendo… Lo mejor es que deje a los mandos del vehículo a alguien a quien no le guste viajar en el asiento del pasajero, como a Jeff Tweedy de Wilco

Passenger Side, Wilco

POR PARCA

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