
Grande Amore: «Conectamos con la parte más visceral del público»
La coctelera catártica de Grande Amore tiene una nueva entrega III (2025, Ernie Producciones) con nuevos ingredientes. Al tecno punk ya característico que destilan Nuno Pico, mariagrep y Clara Redondo hay que sumarle unas guitarras que bien podían estar firmadas por William Reid, de The Jesus and Mary Chain. Pero en el universo particular de este trío gallego no sólo conviven referentes foráneos como Iggy Pop, Peter Hook o Motörhead que ellos manipulan y digieren a su gusto. También se inspiran y homenajean a mentores cercanos como Los Suaves o a lugares en los que esparcirse con sus iguales como el Bar Pedrito, de Arzúa.
Nuno, voz, compositor y maestro de ceremonias de los rituales paroxísticos que suponen los directos de Grande Amore, se enfrenta a la entrevista chamberga para ahondar en el tercer LP, que ya están presentando en más de una veintena de conciertos.
Entre el lanzamiento del disco y el comienzo de la gira ha pasado únicamente una semana. ¿Cómo vives estos momentos de inmediatez, de estar generando siempre contenido, publicando? Y sobre todo, tengo la sensación como público que a lo mejor no se deja un espacio al público para que se familiarice, por ejemplo, en vuestro caso de Grande Amore con III.
Estoy de acuerdo en que se da ese fenómeno y ha sido más bien culpa nuestra, de la banda, del rollo de decir queríamos no alargar mucho el proceso de sacar los singles, de tardar mucho en empezar a tocar, por pura ansiedad nuestra. No queríamos ni estirar mucho los meses lanzando muchos singles, porque al final eso desvela la mitad del disco muchas veces. Y cuando llega la obra en sí, ya conoces seis canciones de diez.
Y también nos apetecía tocar, en tanto que el disco está muy enfocado al directo, que esto te lo diría cualquier músico del mundo, pero en este caso yo creo que también es verdad. Y nos apetecía ponernos a tocar ahora porque también por el calendario de fechas de salas, que eso es otro tema curioso a día de hoy: las agendas de los garitos. Si no empezábamos ya, habría que recolocar todo para después de verano y ahí sí que nos comían los demonios de sacar el disco en marzo y empezar a tocarlo en otoño.
Creo que por un lado, para nosotros, nos podría la ansiedad. Y segundo, creo que ese formato funciona para grupos muy tochos, pero no creo que en nuestro caso… Lo que habría pasado más bien es que se perdería ahí como lágrimas en la lluvia y que perdería la atención. Si Nick Cave saca un álbum, estás medio esperando la gira tranquilamente. Pero si Grande Amore saca un álbum, no creo que sea tan así, vamos.
Y siguiendo con los directos, ¿creéis que vuestro hábitat natural son las salas y festivales como en el que estuvimos nosotros y os vimos, que es el Festival Ke Kaña de Guadalajara?
Sí, el Ke Kaña es súperguay. Nosotros nos hemos criado tocando y yendo de público a salas. Luego sí que es cierto que hay festivales, precisamente, como el Ke Kaña, o como el Sintonitzza en Santa Coloma que son espacios y comunidades de gente que hacen que los festivales sean la hostia.
Y cuando llegáis a festivales más grandes, con escenarios más grandes, ¿cómo intentáis llenar un escenario tan grande los tres solos?
Es cierto que hasta ahora no nos ha pasado y es probable que nunca pasemos de enfrentarnos, de repente, a un escenario enorme que digas tú, estamos aquí en el escenario principal y es más «cool». Hasta ahora sí que, en todos los que hemos estado, yo creo que han sido asumibles. Sí que siento que, hay un contraste ahí, que nuestra propuesta es bastante punk y bastante sobria, en el sentido de que somos nosotros tres. Pero no es que llevemos ahí una pirotecnia muy grande.
Me ha pasado como público y creo que se puede tocar prácticamente en cualquier recinto si la banda llena, de por sí, con su actitud. Tampoco eso requiere que esté Clara haciendo el Angus Young ni nada. Quiere decir que hay algo ahí que, inevitablemente, si se te va la vista al grupo, se te va a ir. Yo en ese sentido tengo una conclusión bastante punk. Si hay un magnetismo, te comes la propuesta.

Cuando empezaste el proyecto de Grande Amore y lo presentabas en conciertos, ¿eras consciente de la catarsis que generabas y generas entre el público? Lo vivimos en el Ke Kaña y nos unimos a esa catarsis. No queríamos que estuvieras en el escenario, te cogíamos de las piernas para bajarte del escenario y llevarte en volandas.
Va muy en cómo somos nosotros, de eléctricos y de nerviosos. No es que lo busquemos, no es que nos levantemos un día y decimos bueno, vamos a intentar que la peña enloquezca y se caiga y reine la catarsis colectiva.
Creo que simplemente nos enfrentamos al concierto de esa forma, porque es lo que nos gusta, lo que nos llena y también, sinceramente, porque no podríamos tirar de ninguna otra cosa. Nosotros vamos por la parte mucho más visceral. Y en ese sentido, es lo que naturalmente nos sale de juntarnos en un escenario. Es guay porque se traduce en la peña y la peña lo refleja bien guay. En ese sentido, tenemos suerte.
Vamos ahora a hablar del disco nuevo III, de Grande Amore. Mi tema favorito es Vou pa Arzua, que he investigado un poco. Trata sobre un garito al que vais, ¿no?
Estábamos tocando allí en el bar Pedrito, en Arzúa. Y, joder, a mí siempre me molaron mucho las canciones que tienen nombre de sitio o que aparecen mencionando una localidad, por ejemplo, Going to Brazil, de Motörhead siempre me gustó mucho.
Lo que pasa es que no sabía cómo materializarla. Y de repente, tocando allí en Arzúa, digo, joder, Vou pa Arzúa, ya está, es mi adaptación de Going to Brazil.
Además, la letra salió de corrido, vamos, en 15 minutos estaba más que hecha. Y es de las que más me mola del disco y también a la peña, porque muchas veces eso pasa. Las que salen así más espontáneamente acaban siendo las que más gustan.
La grabación del disco ha estado marcada por la desaparición de Steve Albini. No sé si habéis fantaseado mucho sobre cómo hubieran sido esas sesiones de grabación o ya lo tenéis superado.
Cuando me contaron que se acababa de morir Steve Albini yo no me lo podía creer, qué locura. Pero sí que es cierto que no es que después nos quedáramos ahí como eternamente dándole vueltas ni hipotetizando. Porque la verdad es que, joder, quedamos super contentos con el resultado de III. Y en ese sentido no es que nos estemos ahí lamentando por las esquinas. Sí que en el momento fue como ¡Madre!.
Básicamente se resume en que creo que tengo una maldición y lo creo desde hace tiempo ya. Entonces digo, bueno, pues una vez más se ha manifestado. En mi cabeza era como, uf, yo creo que deberíamos autoproducirnos o trabajar con nadie más nunca. Se van a morir todos (risas).
Sin ánimo de que maldigas a nadie más. Si tuvieras que elegir a un productor estrella de los noventa, ¿a quién elegirías para Grande Amore IV?
Claro, claro, si seguimos con esta tendencia te diría, claro, a Elon Musk. Ya para ver qué pasa (risas). Yo soy muy fan de la música que me mola, soy muy apasionado. Pero luego a la hora de decir, me gustaría trabajar con X ,tampoco tengo ahí muchísimas pretensiones, no sé cómo decirlo, porque como me parece todo tan lejano, tan imposible, pues tampoco tengo ahí la fijación de grabar en tal sitio. Y no es ni mucho menos por despreciar a nadie, simplemente es porque yo digo, lo hacemos aquí ¡Hombre! Y vamos tirando, ¡joder!.
A la hora de hacer la entrevista, no he querido escuchar los dos discos anteriores, para mantener el poso de que el primero fue un debut muy fresco. En el segundo, subisteis los BPMs, aún más maquinero. Y ahora en este, habéis tirado por guitarras distorsionadas, shoegazes. ¿Cómo habéis vivido vosotros esta evolución? ¿Sabéis para dónde tirareis en un futuro?
Literalmente, tal cual, desde dentro lo vemos exactamente igual. De hecho, yo no lo resumiría mejor. Todo parece indicar que el camino es hacia lo guitarrero, agresivo… Yo creo que va a seguir, básicamente porque desde dentro yo creo que se ve mucho más natural, en tanto que yo compongo las canciones y desde hace unos años para acá estoy escuchando movidas mucho más de ese palo, mucho más rockero, más sucio, distorsionado…que lo que escuchaba cuando empecé con Grande Amore.
Sí que parece que por ahí seguirá. Claro, también es medio complejo decirte, seguro que el cuarto será así, pero sí que hay un camino, se ve un trayecto más o menos constante desde el primero hacia la oscuridad.
Y ya la última pregunta sobre el disco es sobre la versión que Grande Amore habéis hecho de Los Suaves, ¿por qué Los Suaves y por qué Maldita sea mi suerte?
Los Suaves es de los grupos que más me han marcado en mi vida. El primer concierto que fui yo voluntariamente fue de Los Suaves, de hecho, en Mondoñedo, al lado de mi pueblo en 2008. Me acuerdo de flipar por la cantidad decibelios, estaba atronador todo, y claro, ver el lucerío y el sonido tan potente para un chaval de 12 o 13 años, eso era, ¡buah!, increíble, una cosa maravillosa.
Además, las letras son increíbles, y en concreto la que más me gusta es esta. Es una canción que me ha acompañado mucho a lo largo de mi vida y tenía ganas de hacer una versión de Los Suaves desde hace tiempo, pero por todo lo que es la gestión de pedir permiso, me daba mucho palo, digo, ¡buah!, no van a querer, ¡qué rayada! Y nada, me armé de valor, tampoco de valor, de inconsciencia, ¡y venga, la hacemos!
Conseguí el número de Charly Domínguez, bajista de Los Suaves, por un colega y el pavo mandó un audio de WhatsApp larguísimo explicándome cómo había que hacerla y el tío superguay. Y yo ¡guacho! tengo aquí un audio de ocho minutos de Charly de Los Suaves. Tío, ¡qué barbaridad! Porque, joder, hay peña un poco mayor que yo, que sí coincidieron tocando con ellos en festis por aquí. A mí nunca me he pasado eso, joder, yo solo había visto a Charly encima del escenario y yo debajo siendo muy chaval. Nunca había tenido ningún contacto con él, y de repente, ¡buah!, tengo un audio de WhatsApp larguísimo ¡Dios! ¡Así se siente Rosalía!

Te has adelantado a la siguiente pregunta ¿Qué recuerdas de la primera vez que asististe como público a un concierto, sesión, live… de un artista al que admiras pero ahora de un artista internacional?
Me acuerdo perfectamente. Justo el año antes del COVID, en el 2019, fui a ver a Iggy Pop aquí al O Son do Camiño, en Santiago. Iggy Pop es de las figuras que más admiro de la historia. Me parece una cosa sobrenatural.. ¿Qué pasa? que yo había ido el año anterior a ver a Peter Hook a Porto, y fui a drede a verlo. New Order me mola muchísimo y ¡uf! el concierto no me gustó mucho. Peter Hook no estaba pletórico. Me dio tanto bajón que dije, guau, tío, no voy a Iggy Pop.
Iggy es para mí la figura más importante de la historia de la música. Y pensé y si de repente no me mola Iggy Pop. Es que se me cae todo lo que había creído hasta hoy. Estaba muy reticente por lo de Peter Hook. Pero al final dije, va, mira, voy, y si tal, pues paso el mal rato si me decepciona y punto, ya está.
Y que va, para nada. Fue increíble. Era una cosa ¡guau! ¡brutal, brutal! Me flipó porque el tío salió con esa cojera que tiene, que le va cada vez a más, sin camiseta, con 72 años….y la peña que estaba allí esperando que empezasen Black Eyed Peas. Era chavalada toda que no tenía ni idea de quien era ese viejo. El pavo sale haciendo cortes de manga a todo el mundo, semi desnudo, un anciano. Era como, ¡Dios! Esto es lo mejor que he visto en mi maldita vida.
Y el tío hace el Passenger y Lust for life, que serán las que va a conocer la peña, las dos primeras y el resto del bolo caras B. ¡Dios! Eres el mejor, «the best who ever lives». Para mí fue, tío, hay que ser así, hay un algo en la forma de enfrentarse a la vida y a la música de este señor que sí, que tiene que ser así.
Más o menos, vas dirigiendo tú la entrevista porque ahora, la siguiente pregunta era que eligieras un momento clave de la historia de la música. Casi lo has contestado con Iggy Pop.
Hostia. Me enrollo muchísimo, empiezo a divagar y tal, perdón. Sí, no solo es mérito de él, pero sí que ese momento a finales de los 60, en los que empieza a cambiar el paradigma de lo que es sónicamente aceptable y lo que no. Para mí eso tuvo que ser la hostia, pero la hostia y vivir eso o quizás no, porque al final creo que es muy fácil idealizarlo desde fuera y te da la impresión de que todo el mundo estaba escuchando La Velvet Underground y La Velvet vendieron, no sé si eran 3.000 discos.
Me fascina el rollo de la hostia. De repente está sonando por ahí Sonny and Cher y salen los Stooges ¡guau! eso tuvo que ser una cosa brutal. Y a parte como que en 3 ó 4 años salieron ¡joder!… el primero de los Stooges es el año antes que el primero de Black Sabbath, que también tuvo que ser una movida loquísima escuchar eso de primeras. Tuvo que ser fascinante. Aunque ya te digo, seguro que si yo estuviese viviéndolo en aquel momento igual estaba a tope con Fórmula V.

Define el local de ensayo de Grande Amore.
Parece que me han entrado a robar, básicamente.
¿Cuál es tu chambergo de entretiempo favorito?
Tengo una bomber verde que me regaló un colega y que la verdad puedo ponérmela desde septiembre hasta mayo. Puedo andar siempre con ella. Es como de entretiempo pero absoluto. Cualquier tiempo es entretiempo con la bomber.
Recomiéndanos alguna banda local de la escena de Grande Amore.
Hay una banda gallega que acaban de sacar su primer LP y que son pero exageradamente jóvenes, nivel que creo que el mayor tiene 17 años. No te exagero, que se llaman Ulex. Son buenísimos. Es comentario ya de viejo pero cada vez que los veo les digo tengo mucha fe en vosotros. Sois lo mejor. Que asco. (risas)
Pínchanos un chambergazo.
Una que volví a escuchar hace poco porque se la vi a un colega en Instagram que la recomendó es la de I don’t wanna leave, de Chiquita y Chatarra.