Los pechos de Shirley Manson
Hablo de una época en la que coger el autobús –el galiano– para ir desde Toledo a Madrid a ver un concierto representaba una experiencia cercana a la de viajar en el tiempo. Hacia el futuro, se entiende. Un futuro encarnado en Shirley Manson.
Era la segunda vez que asistía a un concierto en La Riviera y, lo que años después comprendí que era un antro de sonido lamentable, se me revelaba entonces como el santuario donde podía ver en directo a grupos que a pocos kilómetros de allí sólo podía soñar con ver por la tele: era como peregrinar a La Meca.
Aquella noche del 11 de febrero de 1999 actuaba Garbage. La velada prometía porque iba a estar a pocos metros de Butch Vig, productor del Nevermind de Nirvana, tocando la batería y, sobre todo, de la escocesa Shirley Manson: la mejor frontwoman de la que he tenido el placer de disfrutar en directo.
Aunque yo ya sabía que eran los padres, aquel año me había pedido para los Reyes el primer disco de Garbage. Por supuesto mis padres (los Reyes) no pudieron encontrarlo en Discos Neón (estoy hablando de cuando había tiendas de discos en Toledo) y me trajeron la segunda opción, el Definitely Maybe de Oasis. Lo disfruté con mucho gusto, pero no satisfacía mi curiosidad por escuchar al grupo que Radio 3 anunció como telonero de Smashing Pumpkins. Total, que lo tuve que conseguir en Madrid en alguna incursión en la capital.
Supervixen, Garbage (en directo)
Tiempo después me dirigía a Madrid en el galiano con mi primo Pedro a verlos en directo. Aterrizados en Méndez Álvaro nos dirigimos a la casa de su amiga Silvia en Alto de Extremadura. Vivía en un piso compartido (¡sin padres!) a escasas dos paradas de metro de La Riviera. ¡Joder! para un chavalín con cuatro pelos en la cara estaba siendo un día de muchas emociones. Y lo que quedaba.
Desde el minuto uno del concierto empecé a tener problemas técnicos con mis zapatillas. Por los brincos del respetable al escuchar canciones como Only Happy When it Rains o I’m Think I’m Paranoid casi se me sale una de ellas. Desde luego hubiese sido trágico perder una zapatilla en aquella marabunta, pero mucho más desgraciado fue lo que ocurrió después.
Shirley Manson no sólo interpretaba con fuerza y descaro los temas del grupo si no que empezó a hacer de las suyas y amagó con subirse por completo la camiseta. Como el concierto continuó con normalidad tras este «numerito», di por hecho que la cosa quedaría ahí y me agaché para atarme la zapatilla rebelde. Cuando volví a levantar la cabeza lo primero que escuché fue a mi primo gritar: «¡¡¡Ha enseñado las tetas, ¿lo has visto?!!!» Pues no, no lo había visto.
Desde ese día, mis zapatillas preferidas de aquella época, unas New Balance compradas en una tienda de Zocodover, pasaron a caerme bastante mal.
Hace unos meses, mucho tiempo después de perder interés por ellos, Garbage se han vuelto a reunir y han sacado nuevo disco. No lo he escuchado ni tengo intención de hacerlo, pero no descarto pasarme alguna vez por alguno de sus conciertos porque… ¡tenemos una cuenta pendiente tú y yo, Shirley Manson!
I’m think I’m paranoid, Garbage
Por Parca
estrelladaa
jajaja, me encantan tus posts parka!! a mi tb me gustaba garbage. Escuche el single de su nuevo disco, y no estaba tan mal… Hablas de toledo como si vivieras en una ciudad de Desembarco del rey! bss
Parca
jiji, me alegro de que te gusten! y Toledo está muy lejos aunque tenga AVE 😉
Beso!
Chamarrita
Parca, hace un par de meses estuve en una fiesta «con ella» en México.
Parca
Y qué tal se conserva??
Parca
Y qué tal se conserva??
Chamarrita
Mejor que yo…
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