
Maga hacen balance de Salto Horizontal y anuncian nuevo LP en las entrevistas chambergas
Aprovechando el apoteósico fin de gira de Salto Horizontal en Madrid, los chambergos nos fuimos a la caza de Miguel Rivera vocalista, cuerpo y alma de Maga. El objetivo no era otro que el de sonsacarle alguna declaración acerca de su estado de ánimo tras casi un año girando por todo el país. También, y tirando un poco de nostalgia, teníamos entre ceja y ceja arrancar alguna reflexión sobre las dos décadas de historia de la banda sevillana.
La castiza calle de Santa Isabel, entre el Centro de Arte Reina Sofía y el modernista Cine Doré, resulta ser el lugar elegido por Miguel para nuestro encuentro. Allí, de pie, vemos la «enrulada» melena del espigado y elegante músico que nos espera puntual en la puerta del bar convenido. Tras una primera intentona, el ruido ambiente nos obliga a cambiar de ubicación y es finalmente un pequeño café-vinería de la esquina con la calle San Eugenio, sede de la charla.
Teniendo en cuenta la fecha de la entrevista, la introducción de nuestra primera pregunta tiene como protagonista a Santa Cecilia, patrona de los músicos. Y es que el 22 de noviembre, no creo que haya nada mejor para celebrar esa onomástica que encontrarnos contigo, Miguel, – en nuestra opinión y en la de un buen amigo tuyo de nombre Germán Coppini – uno de los mejores músicos y letristas de nuestro país.
Pues muchas gracias, pero que dijera eso Coppini me sonroja… (literal)
El próximo mes de febrero se cumplirán dos años de la publicación de Salto Horizontal. No sé si llegáis a un final de ciclo, de gira, de carrera, o bien es simplemente el comienzo de un sprint loco hacia otro trabajo, que esperamos no tarde tanto en llegar… ¿Qué pensáis?
Es el final de un proyecto trascendente para nosotros. Salto Horizontal supuso la vuelta al estudio, la vuelta a las ganas de volver a componer ¡Detalle importante!… Supuso también nuestra vuelta a los escenarios y a sentir de nuevo el contacto con nuestros seguidores y, además, nos hizo ver que la gente seguía acordándose de Maga, que estaba ávida de material nuevo… En definitiva, muchas cosas buenas para el grupo que se traducen en una recarga de pilas muy vitalista para afrontar el futuro sin prisa.
Porque yo no soy partidario de las prisas, aunque sabemos que ahora está de moda la inmediatez, el consumo rápido y las fechas de caducidad breves. Pero sí, es cierto que hemos adquirido una inercia y un músculo que va a ayudar a que en un plazo natural, tengamos disco nuevo.
Tal y como termine la gira, nos pondremos a trabajar en bocetos que ya existen. Para que a partir de finales de enero lo empecemos a arreglar con Ángel Luján, productor de Salto Horizontal y que también va a producir el próximo disco que grabaremos en primavera y que con suerte editaremos en otoño.
Centrémonos en las canciones de este fin de gira, ¿cómo abordáis los clásicos de Maga?
La filosofía de estos conciertos fin de gira es presentar una nueva cara del poliedro que es Maga. En cierto modo, nosotros mismos nos hemos dado cuenta con el tiempo, de que tenemos una capacidad de transformación que, hasta que no pruebas no sabes.
Estábamos seguros de que estos cuatro conciertos no debían ser conciertos al uso en ciudades en las que sabemos que funcionarían, sino que verdaderamente fueran una guinda al pastel en modo broche final a un año que nos ha dado muchas alegrías. Por eso, planteé a mis compañeros la posibilidad de trabajar con un trío de cuerda y les pareció una excelente idea. Esto para mí era un sueño cumplido desde que escuché por primera vez en mi vida Eleanor Rigby de los Beatles con aquel arreglo de cuerdas. Me dije a mí mismo, ¡yo quiero hacer eso!…y tras un montón de años, el caso es que empezamos a trabajar con las cuerdas y las canciones.
Esas canciones fueron despojadas de sus vestiduras habituales y las arropamos con otro atuendo que ni siquiera es tela, sino que es magia pura… El aura que tienen los instrumentos de cuerda, dotan a las canciones de una dimensión emocional que hasta ahora no habíamos sabido que tenían. Ensayar con las cuerdas era como redescubrir las canciones.

Asómate a la ventana y verás a Miguel Rivera de Maga y a Dj Inquietante.
¿Complica mucho el hecho de adaptar los temas a este formato más clásico?
Complica o simplifica porque cuando tú coges una canción con múltiples elementos hay que saber hacerlo. Lógicamente, hemos tenido la ayuda del músico sevillano Joaquín Calderón, ¡Un maestro!, que ha simplificado hasta la esencia de la canción con esas herramientas que suponen tres instrumentos de cuerda.
Lo ha hecho magistralmente. Cantar sobre eso es mágico y supone dejarte llevar casi como por un coro, porque las cuerdas hay momentos en los que parecen voces humanas y es maravilloso. A las que no tienen cuerda les hemos querido dar una vuelta de tuerca. Hay quizás tres o cuatro canciones que tienen un tratamiento similar a lo que hacemos habitualmente, pero no igual. Tienen una escobilla, una trompeta o un metalófono que completan ese trato diferente. En definitiva, buscábamos que fuera algo emocional y que dejara en el público la sensación de haber vivido algo único dentro del repertorio de Maga.
Continuando con las novedades que han producido en este fin de gira. Hay un nombre… María Hesse, ilustradora súper “Pro” y por lo que sabemos con mucho arte. ¿Qué aporta y qué supone tener una ilustradora en vivo?
Dota al concierto de una dimensión sensorial más amplia. Dado que en un concierto el principal sentido es el oído y por supuesto la vista; con María pretendimos darle un empujón a nivel emocional en la parte visual. Yo había trabajado con María en un par de proyectos anteriores y le propuse si quería venir con nosotros, pero haciéndola parte de la banda como un miembro más, de hecho, yo se lo planteé como “este es tu grupo”. Tu lienzo, el público y todas las sensaciones que te produce y sugiere escuchar las canciones es lo que quiero que plasmes en tu dibujo.
Está todo el concierto, se baja del escenario cuando quiere, se sube cuando quiere, libertad absoluta. Una experiencia muy bonita a tenor de lo que nos han contado nuestros seguidores. Verla manchar el lienzo con colores que varían en función del ritmo de la canción y de lo que ella siente con cada tema, supone llegar finalmente a lo que ella percibe como esencia de Maga.
Al hilo de esto; arte, pintura, etc. En todos vuestros discos ha habido siempre, desde la maravillosa portada de Blanco, referencias incluso en las letras de las canciones, no sé… “azul, amarillo patinar, dibújame desnudo con un lápiz de carbón”. Siempre hay algo que recuerda a la pintura ¿Te gusta mucho y es un tema recurrente? ¿Te llena la canción?
El imaginario de Maga tiene mucho que ver con lo plástico. Nuestro universo es muy onírico e influido también del Realismo Mágico porque en los comienzos leíamos mucho a Borges o García Márquez. De algún modo, todas esas imágenes que trufan las canciones de Maga, vienen un poco de ahí, de trabajar mucho con sensaciones más que con narrativa. Eso ha ido cambiando con los años y las canciones han ido adquiriendo un cierto hilo narrativo que quizás, en otro momento, eran imágenes un poco más sugerentes que transportaban de inmediato a un universo distinto. Por eso, creo que María y yo hemos engarzado tan bien desde el principio, porque su imaginario y el mío como letrista están muy emparentados. Ella trabaja mucho con imágenes medio surrealistas, un universo de carácter mágico que, de alguna manera, se puede emparentar perfectamente.
Pero, ¿vosotros trabajáis normalmente con Francisco Lemos, no?
En realidad sólo lo ha hecho en este disco. Le descubrí en una exposición que me pareció maravillosa y que además organizaba un amigo mío. Le pedí su contacto y aunque él es argentino en aquel momento vivía en Madrid. Le pasé el disco, le hablé un poco de las letras y empezó a desarrollar, a su bola, su bestiario particular, que por otro lado, tenía bastante que ver con el nuestro.
Al final, todo lo que trate un poco de los sueños y la magia se puede amalgamar de algún modo. De hecho, María hace guiños constantes en sus ilustraciones, y a su manera lógicamente, al trabajo realizado por Francisco. Al final, hay elementos comunes como el mar, los peces, el medio acuático en general que es muy importante para Maga, no sé bien por qué,… bueno si sé (risas), porque aunque somos de interior nos hemos criado al lado del mar y a mí particularmente me ha influido muchísimo.

Miguel Rivera muestra un collage de Maite Ortega inspirado en el tema de Maga Báltico.
¿El mar de Cádiz?
Claro, el mar en general y el mar de Cádiz con nombre y apellidos porque desde muy niño e incluso desde antes de nacer, en el vientre de mi madre yo ya iba por allí.
Vamos a cambiar de tercio, ¿sois conscientes de la influencia que representa Maga en algunos otros músicos a nivel nacional? ¿Hay reminiscencias Maga en algún artista?
(Tras una larga pausa valorativa)… Pues tiene que haberlas, simplemente por una cuestión de permanencia. Nosotros llevamos casi dieciocho años tocando y somos conscientes de que hay muchos grupos que aman o respetan a Maga. Por otro lado, nos han versionado y cuando nos cruzamos con ellos por la carretera, notamos ese respeto y cariño igual que nosotros se lo tenemos a muchos de ellos también.
Te lo mencionaba porque hace poco leí una entrevista a Zahara y hablaba de vosotros como una influencia absoluta e incluso inconsciente. Básicamente, porque al principio no os conocía y cuando escuchó vuestra música se dio cuenta de lo que estaba haciendo y de lo que había hecho. Hasta el punto que decidió dejar de escucharos por un tiempo para distanciarse de esa sensación de casi “tutela musical”…
(Amplia sonrisa) Es curioso, Zahara es una amiga del alma y de hecho no sé si sabes que hemos compuesto juntos una canción para su disco. Y sí, recuerdo que ella me comentó como de algún modo le había influido Maga en sus comienzos, y bueno, lo orgullosa que estaba de esa influencia sin parecernos realmente en nada. Pero sí, puedo llegar a entender que en su momento cuando Maga salió, a otra gente que estaba empezando pudiera permearles de alguna manera. No sé, para mí es un halago realmente, otros me ha comentado – ¡pues tal grupo se parece a Maga! – o – ¡Quillo! ¡Estos han copiado una canción! – … (risas)
También entiendo que resultará un privilegio para Zahara que Miguel Rivera colabore en una canción, ¿no?
Claro, nosotros hemos trascendido de una relación profesional a una relación de amistad. Entonces nos admiramos mutuamente pero también somos amigos, por eso cuando llegó el momento de empezar a componer su disco, ella me propuso hacer una canción a medias. Ella había leído un texto que en principio no estaba pensado para el formato canción y que pertenece a un poemario que yo estoy haciendo tranquilamente, lo leyó y me dijo por favor vamos a hacer una canción con este texto y se transformó un poco para ese uso.
En relación con los lugares elegidos el fin de gira, salas pequeñas ¿pretende una búsqueda de intimidad con el público u obedece a razones meramente circunstanciales?
(Ceño fruncido) Bueno, no son tan pequeñas. Mi deseo original era haber hecho teatros precisamente buscando esto que tú dices, la intimidad y la cercanía al público.
Pero en Sevilla habéis tocado en un teatro.
Sí. Precisamente buscando solemnidad, seriedad, respeto y que el público estuviera sentado en un recinto que ya, de por sí, impone respeto. Esto ha podido ser solamente en Sevilla y Granada. En Barcelona y Madrid no pudieron ser teatros pero sí elegimos salas que nos gustaban: el Apolo en Barcelona y el Ocho y Medio en Madrid. En cuanto a la intimidad, se da porque el propio formato genera intimidad.
Yo pensaba que en Barcelona, por ser una sala, iba a haber más ruido y se nos iban a dificultar las cosas, pero en absoluto. La gente estaba igual de entregada que en Sevilla, con otra actitud, no tan participativa, si cabe, pero los momentos de mínimos matices se escuchaban perfectamente, porque yo temía que se perdieran. Sinceramente, creo que hemos elegido bien los sitios donde tocamos.
Ahora quiero recordar el escueto comunicado de 2014 en el cual os despedíais, de momento, con aquella maravillosa cita de Cortázar. Y aunque hoy, no tengamos aquí un ejemplar de Rayuela sobre el que jurar, quiero preguntarte si no habrá más comunicados similares y tendremos Maga para rato.
Al grupo y a mí en particular, ese tiempo de barbecho nos sirvió de mucho. Fue como un alivio, como una ruptura, dicen que los últimos tiempos de una pareja antes de romper son muy duros y cuando te separas definitivamente sientes un alivio. Todos hemos sentido algo así en alguna ocasión y con el grupo decidimos darnos un tiempo y, afortunadamente, en este caso no pasó como con las parejas, que esos tiempos que se da uno acaban siendo definitivos. No fue así, porque la música prevaleció, las ganas de hacer canciones volvieron, hicimos equipo de nuevo. Volvimos a recuperar la motivación y realmente lo que hemos hecho es fortalecer ese músculo.
Ahora tenemos el músculo creativo bastante en forma. En febrero hará casi dos años que sacamos el disco, pero antes habíamos estado componiendo un año y medio por lo menos, en secreto, prácticamente en la clandestinidad, nadie sabía que estábamos haciendo eso.
¿Nada de mal rollo?
Exacto, era simplemente una cuestión de tiempo. Es cierto que yo vivía en Madrid y obviamente suponía un distanciamiento geográfico y personal del resto de los miembros. Hacía falta dejar la tierra respirar, pero claro que no hubo mal rollo ninguno. Volvimos, hemos vuelto y volveremos porque nos pondremos a trabajar en cuanto termine la gira…
Vamos a ir cerrando con algo más jocoso para que no quede sensación de seriedad o solemnidad. Una pregunta, que en realidad son dos: ¿Qué dirías si te propusieran ser profe de la academia de OT?
Pues tío, ¿sabes una cosa?
Que te lo han propuesto… (muchas risas)
Pues mira, yo nunca había visto el programa, jamás, porque en principio es un formato que no me atrae mucho, pero como a mi chica le encanta, en la típica noche de sofá que estás ahí tirado empecé a verlo y me dije – ¡Hostia, quillo! Eso lo podría hacer yo y mejor. A ver, una gilipollez ¿no? Pero que en realidad me parece guay y sobre todo porque me da la sensación de que en esta edición o al menos en la anterior, ha habido como un cambio de dirección por lo que yo sé y entiendo.
Claro, Guille Milkyway y otros…
Sí, han ido buscando algo como más melómano o al menos esa es mi sensación. ¡Y te digo una cosa! Me fliparía hacer una canción para Eurovisión.
Estoy seguro de que mejor que en otras ocasiones quedaríamos…
Bueno puede ser… Me parece una cosa muy lejana del estilo de Maga, pero se puede hacer una composición bonita. La música es universal y se puede interpretar de una manera o de otra y la puede cantar Aitana o Miguel Rivera de Maga.
Y por último, nuestra habitual “pregunta chamberga”. ¿Tienes algún chambergo o prenda de entretiempo que sea fetiche y que lleves a gala siempre que puedas? Llámese parca, echarpe, rebequita…
¿Sabes qué pasa?, tengo la sana costumbre, debido a que me he mudado tantas veces, de aprovechar las mudanzas para quitarme de en medio mogollón de ropa. La última vez que lo hice fue aquí en Madrid, hace un par de años, cogí un montón de bolsas que tenía y se las di a un grupo de indigentes que vivían en una plaza al lado de mi casa. Pero como me daba un poco de pudor dárselas directamente y yo sabía dónde dejaban sus cosas, las coloqué ahí, en plan sírvanse ustedes mismos y me volví a Sevilla prácticamente con lo puesto.
Pero… (momento reflexivo) sí es cierto que, hace como cuatro años que tengo dos vaqueros iguales, me compré un modelo que me encantaba y me encanta como me queda y me compré otro… ¡Y, quillo, son irrompibles!, me los pongo a tope. No son estos, pero de verdad ¡Son increíbles!…
¿Los vaqueros de Miguel?
Exacto, “los vaqueros de Miguel” me los pongo indistintamente y no se gastan, debe ser que están bien hechos (risas).