QOTSA está liderada por Josh Homme

Joshua quiere jarana

Hace ya un par de meses del paso por Razzmatazz y Madcool de la banda nacida en el Palm Desert para atacar – el verbo defender no tiene sentido con los Queens of the Stone Age – su séptimo álbum bautizado como Villains. En la inesperada primera cita nos mostraron una versión acelerada de prácticamente todo el nuevo trabajo.

Con una gran puesta en escena que ayudó a subir la presión atmosférica, la sala fue una olla ardiente. A golpe de cadera de ese Elvis bastardo llamado Josh Homme y de la apisonadora conducida por las bestias pardas que le acompañan, provocaron que en más de una ocasión el público gritara como si estuviéramos en Dunkerke o si el maligno quisiera salir de nuestras bocas.

Repasaron sus seis últimos discos ya que del primero el gigante de Joshua acabó cansado de tocarlo ¡Una lástima! Hubo hasta un momento flashback inverso, me explico: La última vez que tocaron QOSTA en sala en la ciudad condal su hasta entonces bajista, Nick Oliveri, se dedicó a tirar botellas al público, provocando la ira del front man, lo que desencadenó meses después su expulsión de la banda.

 

Queens of the stone age presentaron Villains en concierto en Barcelona y Madrid

Pink of the stone age.

 

Esta vez la botella vino del público hacia el cantante lo que nos hizo pensar, dado el carácter de Josh, que iba a hacer una espantá. Todo quedó en una llamada de atención al imbécil, al que le dedico alguna estrofa de Domestic Animal.

Las casi dos horas de concierto nos dejaron con ganas de más y días después nos presentamos en el Madcool para volver a disfrutar de Queens of the stone age. Afortunadamente tocaban en la última jornada y ya estaba todo funcionando correctamente a diferencia de su inicio apocalíptico. Al contrario que en el show de Barcelona, en este no hubo momentos para el descanso. Trallazo tras trallazo no nos dejaron quietos ni un segundo. Solo esa marcha nupcial llamada Make it wit Chu permitió que cogiéramos un poco de aire antes de sacudirnos con A song for the Deaf.

Por poner un pero eché en falta con respecto a la cita barcelonesa la adrenalínica Sick, sick, sick. También pudimos  comprobar de nuevo el carácter del señor Homme al quejarse y pedir al público invadiera la infame zona VIP situada en las primeras filas.

Aunque temíamos los coqueteos con el pop de su último disco, gracias a esos dos conciertos comprobamos que «hormigonera sónica» sigue funcionando a pleno rendimiento. Todos acabamos masticando arena desértica después de cada show, después de cada tormenta.

Por Mangas de Camisa

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