#PJLIVE18 Palau Sant Jordi: La scienza della mia vita
Atravesamos las entrañas de la montaña barcelonesa, esperamos horas bajo el sol de Julio sin poder usar los baños de Beyoncé y nos podían los nervios y la tensión, como a Rebollo lanzando la flecha ardiente hacia el pebetero en aquel mismo lugar hace ya tanto… Solamente para poder verles otra vez. Pearl Jam volvían a Barcelona rodeados de las dudas por el estado de salud de Eddie Vedder, que por primera vez días antes había tenido que cancelar un concierto en Londres al quedarse sin voz. Pero como en aquel verano del 92 estos arqueros de Seattle acertaron a prender el fuego en nuestros corazones gracias a un setlist y una puesta en escena que nos dejó sin aire. Ya esperando para entrar pudimos escuchar la prueba de sonido. Con Satans Bed y medio Binaural nos demostraron que venían en plena forma.
Recordaremos siempre este concierto por la manera que nos llevaron por absolutamente todos los estados de ánimo: desde la emoción más sobrecogedora con Long Road para comenzar. La inevitable Black que hizo que ese huracán llamado Ruth por un instante se calmara. Daughter transformada en un necesario himno feminista que arranco una ovación, muchas lágrimas y gritos de guerra. O el profundo y sentido recuerdo para Israel, un fan mexicano que falleció días antes del concierto al que iba a asistir y al que se dedicó Ocean.
También hubo lugar para desatar tempestades cuando tocaron Even Flow, en la que pude asistir a una batalla épica entre una gran mujer de metro sesenta y cuatro guiris como armarios o Porch cuyo fuerte oleaje permitió el reencuentro entre hermanos.
Pearl Jam, como maestros del espacio y del tiempo gracias a sus canciones y escenografía, consiguieron que voláramos entre planetas interpretando Given to Fly, Light Years o State of love and Trust. Que vagáramos por las calles de una ciudad con Rearviewmirror o Lightning Bolt o que estuviéramos en nuestra misma casa con Sleeping By myself, Come back o Setting Forth de fondo.
Y a parte de todo eso, por si fuera poco, atronaron en el Palau gracias a Go, la magnífica versión de Baba O´Riley, el trío de apisonadoras formado por Hail, Hail, Mind You Manners y Do the Evolution o esos himnos generacionales que ya son Alive y Betterman.
Salimos de aquel Montjuic de emociones con la certezas de que: el grupo suena mejor que nunca, no se puede derrochar más coraje ni más corazón encima de un escenario y que no existe ninguna otra banda que pueda hacer setlist de 3 horas totalmente diferentes en cada concierto y que estos sean todos y cada de ellos conciertazos.
Por Mangas de Camisa
Fotos de Capa
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