Los varios
No, cualquier tiempo pasado no fue siempre mejor. Pero tirar de nostalgia de vez en cuando, además de poder llegar a ser divertido, nos revela cosas que, gracias a la tecnología, se han perdido sin saber muy bien porqué. Y ahí están ‘los varios’. Esas cintas que preparabas con el mayor de los cariños para compartir con las amistades y que sacaban tu momento vital a pasear.
Pillabas el radiocasete de doble pletina y te deleitabas grabando las canciones mientras las escuchabas una a una. Luego llegó la conexión cd-casete que facilitaba encontrar el tema que querías incluir. El casete te ponía siempre en una difícil tesitura: qué hacer con los minutos finales de una de las caras. ¿Dejarlos en blanco? Menudo corta rollo. ¿Buscar un tema que coincida con esos minutos? ¡Estoy limitando mi elección!. ¿Meter un tema aunque no entre? La mejor opción, aunque te llevaba a otra pregunta: ¿lo repito al principio de la cara B o lo dejo a medias? Y terminabas en un depende muy sano. El salto al varios en cd dejó por el camino el placer de escuchar la canción mientras la grababas pero le dio un nuevo significado a la palabra tostar.
Pero más allá de las anécdotas retro-tecnológicas, lo interesante de todo esto es la actitud y el hecho de exteriorizar musicalmente tu gustos del momento y compartirlos con los seres que libremente han decidido pasar su tiempo contigo.
Hoy, lo más parecido que tenemos a esta actitud son las listas de Spotify. Tienes casi todo el catálogo musical disponible, hasta ahora, no tienes límite en el número de canciones a incluir, están en la nube y las puedes escuchar desde cualquier sitio… todo esto es cojonudo pero hay algo que falta ahí. Pasa lo mismo con la compra de entradas online que está muy bien, pero ¿cómo sigo alimentando mi colección de entradas de conciertos donde se pueden encontrar joyas como ésta?
Entrada original Gutiérrez Festival (Madrid, 1999)
Echar la vista atrás no significa volver al pasado. Es mirar por el espejo retrovisor para ver si podemos adelantar, porque lo nuestro es ir hacia delante. Esas claves que encontramos en el pasado nos dan ideas para pensar y poner en marcha posibles proyectos y que los avances tecnológicos se pongan al servicio de las cosas bonitas de la vida.
O no es bonito que el ‘Making Movies’ de Chaquetón esté todavía rulando por la Kunda (mi Seat Ibiza blanco), donde podemos encontrar chambergazos como este:
Soy Rebelde, Jeanette.
O ver cómo en el Varios de Edimburgo de 2003 me salté la regla no escrita de no repetir grupos. En aquel momento, The White Stripes, Tom Waits y, cómo no, los Pixies, lo merecerían, digo yo.
I Bleed, Pixies.
POR MANGA LARGA