Punk rockers e Instagramers
Ya conocéis el lado oscuro de Instagram: un muestrario de vidas de cartón piedra representadas entre píxeles y hastags. Sin embargo, también tiene una vertiente entrañable y simpática en la que todos los mitómanos – melómanos descubrimos los quehaceres cotidianos de nuestros ídolos, cuando la promoción no obliga a difundir conciertos, lanzamientos…etc. Personalmente tengo una especial predilección y cariño por dos leyendas del punk rock , CJ Ramone y Jay Bentley, primero por las bandas en las que militan o han militado y segundo por lo que muestran en la red de los selfies poniendo morritos.
Ambos bajistas, el primero de Ramones y el segundo de Bad Religion y Me First and the Gimme Gimmes. Esta última banda es el vínculo que les une (lo descubrí en Instagram y lo corroboré en la Wikipedia. Hasta aquí mi labor de investigación), ya que Jay invitó a C Jay a tocar con el combo punk de versiones locas en la gira veraniega de 2018.
Pero vayamos a lo que nos podemos encontrar en sus «feed». Las redes sociales les humanizan y caen en publicaciones típicas de cualquier hijo de vecino. ¡Tranquilos! No vais a ver sus pies con una costa de fondo con el texto «Right here, suffering in Santa Mónica Beach». Pero, en el caso de CJ sí que ha caído en la tentación de compartir los banquetes que se pega como en la imagen que aparece a continuación.
Seguimos con el encargado de tomar el relevo de Dee Dee Ramone y sus publicaciones culinarias. Si Christopher Joseph Ward hubiera nacido en la costa levantina, no tengo ninguna duda que compartiría sus estampas preparando paellas o si hubiera llegado al mundo en la comarca tarraconense de Alt Camp le veríamos de calçotadas. Sin embargo, «aterrizó» en Long Island (NY) y allí la gastronomía social al aire libre se basa en hamburguesas a la parrilla.
Eso sí, no puede faltar un «caldero» de cerveza en la mano para refrigerarse mientras da la «vuelta y vuelta» a la carne. En esto consiste la globalización y la uniformidad cultural: instantánea al lado de una «chosca» o bbq con el pinche disfrutando de su labor con una lata. Extrapoladlo a un asado argentino en Rosario o a unos calvotes en Béjar.
Ahora viene una parte esencial de lo que muestran en Instagram esta dupla de bajistas: su vida familiar. Ambos son padres orgullosos de su prole y no dudan en compartir los momentos especiales de sus vástagos. Algo tan americano como el baile de graduación y la ceremonia de entrega de orlas y birretes,hacen sacar pecho al bueno de C J. Aquí tenéis a su hija Liliana y al afortunado «mongolfiera» que la llevará a esa velada inolvidable.
Ahora voy con el otro padrazo punk rocker. Jay Bentley es otra víctima de los tentáculos del universo Disney arrastrado por su bambina. Desconozco si ha tenido que aprenderse algún tema de Frozen para ganarse las carantoñas de la chiquilla, por lo que sí pasó fue montar cuatro veces con ella en una atracción acuática de uno de los parques temáticos de la factoría de Chip y Chop.
No falta sentido del humor al miembro fundador de Bad Religion, que junto a Greg Graffin, continúa en la banda angelina desde sus inicios. La chanza viene en esta ocasión servida por una app que busca parecidos entre «selfies» y obras de arte. ¿Y a que pintura o escultura le corresponde la geta del amigo Jay Bentley? ¡El Ecce Homo, de Borja! ¡Bendita globalización y viralización y benditas manos y talento de la vecina de la localidad zaragozana, que llevó a cabo la «restauración»!
Durante las giras también hay espacio para la cultura y ,por consiguiente, fotografiarse en algún monumento o espacio emblemático de la ciudad que toque. Ojalá, haber podido contar con una imagen de alguno de nuestros bajistas de cabecera haciendo el trampantojo de sujetar la Torre de Pisa…¡Lástima!
Hay que conformarse con ver a Bentley al lado de la obra Puppy, de Jeff Koons instalada en el Museo Guggenheim Bilbao. En la descripción viene el comentario jocoso de Jay Bentley, señalando que es el chia pet (juguete en forma de mascota que en su interior contenía semillas de chia y al mojarlo la planta crecía) más grande del mundo.
Como cierre la imagen que demuestra, como mencionaba en el segundo párrafo,la buena onda entre las dos leyendas del punk rock. CJ ataviado con el uniforme de trabajo de los Me First and the Gimme Gimmes agradece a Jay la oportunidad de unirse al combo más divertido del punk.
¡Se os quiere!
Por Trenca