Catequista regala a sus hijos en reyes el disco de villancicos de…Bad Religion
Como cada Navidad mi madre, catequista y MUJER DE FE, me pide que escriba la carta a Los Reyes. Su máxima es “Si no hay carta no hay Reyes”. Esto es así desde que yo no tenía uso de razón y sigue siendo así pasada ya la treintena y manteniendo la carencia de razón.
En estas fiestas la música siempre ha sido un regalo recurrente en mi casa: radio casete con doble pletina, reproductores de mp3, cds, vinilos, merchandising, entradas de conciertos y festivales, dvds, libros sobre música e incluso una cinta de casete, la del álbum How Could Hell Be Any Worse?, de Bad Religion.
Empecé a escuchar a la banda liderada por Greg Graffin en el instituto. Estoy convencido que la rabia y la velocidad del punk rock o del hardcore melódico se disfrutan mucho más en la adolescencia. En esa edad, las hormonas se mueven al ritmo de canciones “espídicas” de 2 minutos.
Descubrí a esta formación, un día caminando por los puestos de venta ambulante que ponen en la Feria de Talavera. Me llamó la atención una bandera con una cruz tachada en la que se leía Bad Religion. Le pregunté a mi hermano mayor qué era eso. Me comentó que era una banda de punk rock y rápidamente se puso a buscar entre la escena hardcore, que transitaba los pasillos de Instituto Padre Juan de Mariana, a alguien que le pudiera pasar algo de música de los autores de American Jesus.
Consiguió el cd de The Grey Race, unos de los discos que el grupo grabó para Sony, y que contenía uno de sus innumerables himnos, Punk Rock Song. Con este tema ya me habían ganado, así que cuando se acercó la Navidad mi misiva a los Reyes Hardcore de la Lejana Coste Oeste, no contenía lo que para mí era el mainstream de la época Agila de Extremoduro, Avalancha de Héroes del Silencio y el Unplugged de Nirvana. Aparecían Pennywise, Lagwagon y por supuesto, Bad Religion.
Ahora llegaba lo más difícil, que mi madre cuando fuera a “echar la carta” (coartada que usaba para ir a comprar los regalos) encontrara en una ciudad de provincias como Talavera discos de dichas formaciones o de cualquiera del sello Epitaph – ¡Cuántas alegrías han dado los Punk-o-arama!- . A pesar de llegar a contar con tres tiendas de discos New Music, Escridiscos y Tipo (ahora tengo dudas que coincidieran las tres en el tiempo) era más fácil encontrar álbumes de Green Day o Offspring, que del combo de Graffin y los suyos. Aún así, mi madre se daba una vuelta con la lista preguntando si tenían discos de Bad Religion. Y lo logró, bueno sus majestades por medio de mi ella, consiguieron el casete del How Could Hell Be Any Worse? Ahora lo tengo como objeto de coleccionista.
Una vez desenvuelto el regalo, mi madre contaba alguna “gracieta” del momento de la compra. Ella había pronunciado a su manera el nombre del grupo y había creado algún malentendido con el dependiente de la tienda. También durante los días previos a la noche del 5 al 6 enero me chinchaba, inventándose las bandas que había puesto en la carta y vacilando con que me iba a caer un disco de ¡¡¡¡Revolver!!!! O cómo ella los llamó Los Pistolas.
Pues bien, aprovechando la FE de mi madre y que Bad Religion han sacado un disco navideño Christmas Songs (¡Ojo a la versión de El Tamborilero!) empiezo mi Carta a los Reyes ‘2014…
Queridos Reyes Magos:
En mi casa quiero que me traigáis Christmas Songs, el disco de villancicos de Bad Religion.
* Podéis escuchar en streaming toda la discografía de Bad Religion en su Web y sin anuncios.
POR TRENCA PARA LOLI
Andrés
Me encantaría ver por un agujerito a tu madre preguntando por esos discos jajaja
Rosa
Yo conozco a una madre cuya hija le pidió un disco de los Backstreet Boys, y le cayó uno de los BEASTIE BOYS, el de Radyre debió pensar que era mejor un disco de rap, eso si llegó a entender a la madre en cuestión…