Trentemøller: «Dreamweaver puede tener muchas etiquetas y me parece perfecto. Me veo reflejado en esos géneros»
Dreamweaver es el nuevo álbum del polifacético músico danés Trentemøller, un viaje sonoro épico que el propio artista nos narra desde su estudio en Copenhague. En esta charla, el autor de Miss You comparte detalles fascinantes sobre su proceso creativo y las fuentes de inspiración que dan vida a su música. Además, reflexionamos sobre su evolución sonora, desde sus inicios en la música electrónica hasta la fusión de géneros que caracteriza su estilo actual. También hablamos sobre su colaboración con DíSA, su forma de gestionar las expectativas del público y las suyas propias, así como la importancia que otorga a su libertad artística.
El título de tu nuevo álbum sugiere una experiencia profundamente onírica. ¿Qué te inspiró a crear letras y paisajes sonoros tan evocadores?
Es una pregunta difícil de responder porque, en la mayoría de los casos, se trata de un trabajo arduo. Me siento frente a mi piano, buscando progresiones de acordes o algo que me provoque escalofríos, algo que realmente me conmueva. Sinceramente, el 90% del tiempo nada funciona, pero hay un 10% de momentos mágicos, como si estuviera soñando. A veces, la inspiración no surge en el estudio, sino mientras voy en bici hacia él, desde mi casa. De repente, aparece una melodía, un sentimiento o un recuerdo. Entonces trato de capturarlo rápidamente, porque desaparece igual que los sueños al despertar, cuando ya no los recuerdas. Puedo pasar horas persiguiendo esos momentos. No se pueden predecir, pero cuando suceden, el tiempo se detiene. Es como si trabajara durante 20 minutos y, de repente, hubieran pasado tres horas. ¡Gracias a Dios por esos 20 minutos!
Ha sido así en cada uno de mis discos, aunque esta vez fue un poco más fácil. No sé por qué, pero cuando regreso de una gran gira mundial de Trentemøller, vuelvo a mi estudio y me siento vacío. Hemos estado juntos tantos meses en un autobús, compartiendo todo; es como una pequeña familia. Y de repente, vuelvo a la rutina: estoy en el supermercado, comprando cosas para mi hijo. Regreso a la vida real, sin necesidad de fingir que soy una estrella de rock en algún lugar lejano. A veces, me cuesta retomar la creatividad. También me da miedo comenzar a escribir cosas nuevas, pensando que este ha sido mi último álbum y que no podré crear nada más. No sé, me falta confianza después de las giras. Pero poco a poco, me obligo a regresar al estudio todos los días.
Normalmente, tardo entre cuatro y cinco meses en producir algo decente. Sin embargo, esta vez comencé a trabajar dos o tres días después de finalizar la última gira, porque simplemente estaba inspirado, y eso aceleró todo el proceso. Hasta ahora, han pasado tres o cuatro años entre cada trabajo, pero en este caso, han sido solo dos. También he de decir que me ayudó mucho colaborar con DíSA, la cantante del álbum; ella me acompañó en la última gira, así que conozco bien su voz y realmente quería escribir canciones a su medida. Ese hecho me impulsó a trabajar de manera más rápida.
¿Ha quedado un poco larga esta respuesta, ¿no? (risas)
No, no, no, está perfecta. Es muy interesante saber cómo piensas al respecto y la sinceridad que hay en tus palabras. Siguiendo con este nuevo trabajo y volviendo a DíSA ¿Qué crees que aporta su voz a la música y letras de Trentemøller?
Es la primera vez que grabamos juntos, concretamente, A Different Light fue el primer tema. Me quedé completamente prendado, trabajé mucho en la composición musical y, sobre todo en las letras puesto que siguen siendo una parte muy importante para mí. Me lleva bastante tiempo elaborarlas en comparación con la música, porque aún no me resulta natural escribir en inglés. El danés es mi lengua materna.
¿Escribes primero en danés y luego traduces al inglés?
No, trato de pensar y escribir en inglés. A menudo, tengo algunas palabras clave que estoy convencido de que quiero utilizar, porque me parecen una extensión de la música en sí misma. Me gustan mucho mis letras, quizás porque no me considero un gran letrista; por eso busco que sean bastante abstractas y abiertas. Para mí, son como pequeñas historias que, afortunadamente, encajan con la música, creando más una atmósfera o un ambiente que una narrativa lineal. Es algo que va más allá de simples conceptos como “chico conoce a chica”, “chica conoce a chica” o “chico conoce a chico”. La intención es aportar algo que complemente y se ajuste.
Cuando DíSA entró en el estudio y empezó a cantar mis letras, fue un momento realmente fantástico; me puso la piel de gallina al instante. Es una gran cantante y tiene una forma de interpretarlas muy íntima. La primera canción del álbum, que solo lleva una guitarra acústica y su voz, tenía que ser la canción de apertura. Es tan íntima y pura que enamora.
¡Eso es genial! Para aquellos de nosotros que nos enganchamos a Trentemøller gracias a temas bailables como Take Me Into Your Skin, ¿cómo describirías tu evolución musical desde The Last Resort hasta Dreamweaver?
En realidad, en los conciertos todavía tocamos algunas canciones de mi primer disco, como Take Me Into Your Skin. El año pasado, la radio danesa me preguntó sobre mi álbum de debut, así que tuve que volver a escucharlo porque ya no lo recordaba. Al hacerlo, me di cuenta de que hay una conexión entre ese trabajo y lo que estoy haciendo ahora. Aunque era más electrónico, ya había elementos de postpunk y rock: EBows, batería, bajo y todas esas cosas, especialmente en algunas de las canciones de tempo más lento. Es bastante similar a lo que hago actualmente, así que no siento que la diferencia sea tan grande.
Claro que ha habido una evolución, pero también han pasado casi 20 años; era otro momento de mi vida. Cada álbum es como una foto instantánea. En ese entonces, estaba coqueteando mucho más con los sonidos electrónicos, pero nunca quise encasillarme en un solo estilo. Me gusta la música en general y escucho multitud de géneros diferentes, así que no me veo a mí mismo como un músico electrónico, indie o de ningún otro tipo.
Mi inspiración proviene del folk, la música clásica, el rock y de lo que sienta en ese momento. Así que, de forma natural, he ido alejándome poco a poco de lo puramente electrónico, aunque supongo que aún queda algo de eso. Y está bien que así sea, ¿no? La mezcla de estilos siempre es algo positivo, y probablemente un objetivo en sí mismo.
A ver, si estás de acuerdo con nosotros, ¿consideras que Dreamweaver concluye una trilogía que Trentemøller comenzaste con Obverse y continuó con Memoria, o los ves más como entes independientes?
La verdad, nunca lo había pensado así, pero definitivamente puedo ver las conexiones entre los tres trabajos. Es cierto, aunque nunca lo planeé de esa manera. Con Obverse, empecé a explorar más el sonido post rock, pero no fue algo intencionado. Simplemente, seguí los designios de la música.
Cada álbum nuevo es como una reacción al anterior. Así que lo veo como un flujo continuo. Desde luego, no es algo hecho a propósito, sino más bien una evolución natural de un disco a otro; las canciones son las que mandan.
Bueno, tiene sentido lo que dices. ¿Te gusta que te etiqueten como una estrella del dream pop? ¿Sientes que Trentemøller tienes alguna conexión con bandas como Beach House, Cigarettes After Sex, u otras similares?
No, realmente no. Quizás me siento más conectado con grupos más antiguos, como Slowdive y otras bandas similares que solía escuchar. Sin embargo, creo que es un poco limitante encasillarse en un solo género. Por ejemplo, cuando hacía música más electrónica, la gente decía que era techno, y eso nunca me ha gustado demasiado. Siempre me ha chirriado un poco cuando intentan clasificar mi música, aunque, por supuesto, acepto que pueden existir influencias evidentes.
Te lo comento lo del dream pop porque vi un artículo en un periódico hace unos meses que te situaba en ese segmento musical. Pero creo sinceramente que tú trasciendes eso.
No estoy seguro de por qué, pero entiendo que me cataloguen así. Personalmente, escucho dream pop, shoegaze, darkwave y otros géneros parecidos, y me gustan, pero trato de no limitarme. Creo que este nuevo álbum tiene más elementos además de esos sonidos. Quizás tenga algo que ver con las bandas que escucho desde que era adolescente. Los medios sienten la necesidad de encasillarnos en una, dos o tres categorías porque les facilita el trabajo, supongo.
Recuerdo que cuando saqué mi primer disco, siempre me colocaban en la sección de música dance de las tiendas. Y ahora… puedo estar en cualquier estantería: en dance, en electrónica, y me parece perfecto, porque me veo reflejado en cada uno de esos géneros.
Volviendo a Dreamweaver, has elegido lanzar el disco nuevamente en tu propio sello, In My Room. ¿Ser tu propio jefe te ayuda a relajarte o, por el contrario, eleva tus expectativas? ¿Cómo manejas la dualidad entre el Trentemøller artista y el Trentemøller empresario?
Realmente, soy un mal empresario, así que me dejo llevar por las personas que están al frente de este pequeño sello. La razón por la que elegí tener mi propia compañía es precisamente porque me da el 100% de libertad artística, no tengo la intención de firmar a otros artistas ni nada por el estilo.
Creo que, si estuviera en un sello más grande, podría verme obligado a hacer temas para radiofórmulas, lo que me haría pensar demasiado en un público objetivo. Me gusta tener mi propia plataforma para lanzar mi música. Como te digo, hay dos o tres personas trabajando para mí, y son estupendas. Estoy muy agradecido de poder ganarme la vida haciendo la música que amo, sin preocuparme demasiado por cómo será recibida.
Trentemøller: «Mi inspiración viene del folk, clásica, rock… y de lo que sienta en ese momento«
No mezclo mi faceta de empresario con el proceso creativo de mis canciones. Supongo que esa es la auténtica libertad. En mi opinión, hacer música tiene que ser algo lúdico, algo con lo que realmente disfrute. No es un trabajo; aunque esto parezca una contradicción, teniendo en cuenta lo que dije al principio de la entrevista, pero también es mi mayor pasión. Pienso en música casi todo el tiempo. Cuando no estoy en el estudio, estoy leyendo sobre música, software, equipos analógicos antiguos y cosas así. Estoy muy agradecido a la música por haberme permitido recorrer el mundo, tocando con una excelente banda.
Porque una cosa es lanzar un álbum en Spotify o en cualquier otra plataforma sin interacción con la gente, y otra muy distinta es estar cara a cara con el público, montar en un autobús con la banda, llegar y tocar. Eso realmente me sigue alucinando, incluso siendo a veces un poco tedioso, porque hay muchas horas de viaje, esperas y todo eso.
Vamos a hablar de tu gira. ¿Cómo Trentemøller planeas conectar todas tus épocas musicales durante los conciertos? ¿Cuánto cuidas el orden de tu setlist, o si simplemente lo haces de manera intuitiva?
La lista de canciones cambia a lo largo de la gira porque probamos cosas y, a veces, descubrimos que en medio de la actuación necesitamos algo un poco más dinámico o lento para adaptar la atmósfera. También puede cambiar de una noche a otra. Incluso algunas de mis canciones antiguas las tocamos en nuevas versiones. Por ejemplo, estamos interpretando Moan, con nuevos arreglos que se ajustan mejor a mi sonido actual. A veces, también me gusta hacer algo diferente con el respecto al último álbum. Tocamos una canción como Silver Surfer, Ghost Rider Go!!!, que es un tema de surf rock, muy divertida.
En cuanto a las nuevas canciones, algunas suenan bastante similares al álbum, mientras que otras son diferentes porque necesitan adaptarse a la banda. No quiero depender de muchas pistas de acompañamiento, porque a mí lo que realmente me gusta es tocar en vivo. A veces, tengo 30 partes de guitarra en una sola canción, y solo tenemos dos guitarras en el escenario. Así que hay que elegir las más relevantes para cada tema. Por eso, también invierto tiempo en la composición, me gusta saber que también pueden sonar bien con una simple guitarra o al piano junto a la chimenea. Aburre tocar siempre lo mismo. Así que, para cada gira, trato de reorganizar un poco los temas y cambiar por completo la propuesta.
Si la memoria no me falla, la última vez que Trentemøller ofreciste un concierto en vivo en Madrid, al que asistimos, fue hace siete años. Recuerdo que presentabas el disco Fixion en un recinto absolutamente repleto. Para la gira actual, los promotores han elegido el club más legendario de Madrid, La Riviera. ¿Cómo te sientes después de tantos conciertos y frente a la expectativa del público?
Como te digo, siempre trato de reorganizar lo que vamos a tocar. Hace siete años en Madrid, éramos una formación totalmente distinta a la actual. El simple hecho de que haya gente nueva tocando, marca una gran diferencia. Somos otra cosa. Y esa es una de las razones por las que decidí cambiar de banda. Con la anterior llevábamos 10 años tocando juntos, los quiero mucho y respeto profundamente su talento. Todavía comparto mi estudio con el batería. Pero quería hacer algo nuevo, traer sangre y energía frescas.
Por eso también me gusta ensayar mucho. Mis compañeros creen que ensayamos demasiado, pero a mí me encanta hacerlo, porque me da la oportunidad de ver si podemos hacer que la música cobre vida de otra manera e intentar mejorarla. Quiero que sea diferente a la última gira. Todo va a ser nuevo y sorprendente. Y, por supuesto, me sigo poniendo nervioso antes de subir al escenario.
No estamos muy familiarizados con la escena electrónica danesa. ¿Qué artistas, sellos discográficos, productores o incluso DJs nos recomendarías?
No soy la persona más indicada para hablar de la escena electrónica en Dinamarca, ya que estoy un poco desconectado. Sin embargo, en la escena indie, definitivamente recomendaría a Sleep Party People, que además es la banda del guitarrista de mi grupo. Siempre he sido un gran fan de ellos, desde que comenzaron hace unos 15 o 20 años. Tienen varios álbumes, y siempre he soñado con fichar a Brian, su guitarrista. Hace un tiempo, me atreví a preguntarle si quería unirse a mi grupo, y dijo que sí. Ahora está tocando conmigo, lo cual es fantástico, porque admiro mucho su trabajo.
Otra banda que recomiendo encarecidamente, aunque ya es un poco más antigua, es The Raveonettes. Me encantan. Sune y Sharin, sus integrantes, son muy buenos amigos míos, y los adoro.
Antes de terminar, y en referencia al nombre de nuestro blog Mi Chambergo de Entretiempo, que en danés podría ser algo así como Min Overgangsjakke nos gustaría preguntarte: ¿tienes algún abrigo que uses desde hace años porque es tu favorito y no puedes deshacerte de él?
Tengo una chaqueta de cuero que he estado usando durante los últimos 20 años, creo. Me encanta, aunque está bastante desgastada, sigue quedándome genial, o al menos eso me parece a mí. Justamente ese aire ajado le da un toque guay. Siempre la llevo conmigo en las giras, es un poco cliché, ya sabes, porque proyecta la típica imagen de la estrella de rock con una chaqueta de cuero, pero es que realmente me encanta.
Es más, creo que en una foto promocional del último álbum llevo puesta esa chaqueta.
Como última cuestión, aprovechando tu experiencia como DJ, ¿cuál es la canción que nunca falta en un setlist de Trentemøller?
Lullaby, de The Cure. Es una obra maestra. En los conciertos de Trentemøller, todavía utilizamos su riff de guitarra cuando tocamos nuestro tema Moan.
Ah, ¿sí? ¿Recuerdas el álbum Mixed Up? Incluía una espectacular versión remix de Lullaby.
Sí, por supuesto. Eso fue a finales de los 80. Siempre ha sido un tema que adoro y a nuestro público también le fascina.
Fotos de Sofie Nørregaard cortesía de Bruno Freelastica