La Gira de los 1000 conciertos de Los Suaves

Los Suaves: Trofeo de los 1000 conciertos – Partido de Vuelta

La Gira de los 1000 conciertos de Los Suaves tuvo su «partido de ida» con los seguidores madrileños, como describía Guillermo Escobar en su artículo, el 5 de abril de 2013 en la Joy Eslava. 8 meses después regresaban pero esta vez a La Riviera. Atraído por la figura y leyenda de Yosi, sin duda, uno de los iconos más grandes del rock español de todos los tiempos, me acerqué a la sala de la orilla del Manzanares.

Confieso que la formación orensana nunca me atrajo mucho. Quizá porque mis gustos no están en sintonía con su rock urbano, y por este motivo nunca les he prestado la atención que se merecen. Esto cambió cuando escuché ¡Adiós, adiós!, el tema que da título a su último trabajo de estudio y que parecía anunciar el punto y final de tres décadas dedicadas en cuerpo y alma al rock, con todas sus consecuencias.

La canción es el epílogo del perdedor, que puede ser el protagonista de tantas y tantas composiciones de Los Suaves:

“No quiso esta vez el diablo
intentar comprarme el alma.
Hasta mi ángel de la guarda
ha empeñado ayer sus alas”
Que se ha vaciado por seguir lo que creía y ahora no le queda nada:
“Con mi alma polvorienta,
con el corazón vacío.
Mi agenda ya está desierta
con mis deseos perdidos”
Y todo ello en un contexto apocalíptico
“Llegó el momento más sombrío,
justo antes de que rompa el alba…”
“…caen desgracias como rayos,
En este mundo loco y perdido”.

*Mientras lees este artículo te invitamos a que escuches los Himnos de Los Suaves*

Así, con la esperanza de escuchar este himno y con ganas de “ajustar cuentas” con el escuadrón del gato, me mezclé con sus AUTÉNTICOS SEGUIDORES. Todos ellos transmitían una sensación de fidelidad y devoción incondicional e iban marcados por el zarpazo del felino que lucían en sus camisetas. Creo que tan fuerte como este sentimiento es el valor simbólico del distintivo de los Suaves, que se ha instalado en el imaginario colectivo con una popularidad similar al águila ramoniana. Crucemos los dedos para que Zara, H&M… no lo prostituyan.

Sin más preámbulos, se apagaron las luces, sonó una introducción instrumental y Yosi saltó al terreno jugando con un ataque suicida, sin defensa y con el portero fuera del área. Empezaron con Preparados para el Rock and Roll y sentí como un puñetazo de honestidad me dejaba KO, pero dejándome una sonrisa de oreja a oreja. Con los brazos en cruz, Yosi se ofrecía a sus acólitos cual mártir del rock. No había ni trampa ni cartón, ni poses, ni divismo.

La Gira de los 1000 conciertos de Los Suaves

Lo que sí que hubo fue una lección de cómo sonar bien y potente en el siempre inhóspito recinto de la Riviera. Las guitarras de Alberto y Fernando, el bajo de Charli y la batería de Tino llenaron los vacíos de la sala por la tibia entrada que presentaba. También salvaron el concierto del estado de forma de su líder. No iba a ser el mejor encuentro de Yosi aunque él se empeñara en dejar un buen recuerdo en el público.

Se lanzaba a acometer los himnos de una manera suicida siguiendo esta liturgia en repetidas ocasiones: se perdía en un rincón oscuro del escenario para tomar aire mientras Charli y compañía terminaban el tema, que precedía a una de las grandes canciones que todos esperaban. A continuación, como si el concierto empezara de nuevo, la gran melena blanca volvía a la luz de los focos, alzaba los brazos en señal de victoria y se abalanzaba hacia el micro. Y si este se le escapaba, ahí estaba todo el público enfervorecido para corear las letras.

La Gira de los 1000 conciertos de Los Suaves

En dos horas de concierto se sucedieron todos los grandes éxitos de Los Suaves que narran estrepitosos fracasos, pero no sonó ¡Adiós, Adiós! Hubiera sido un gran y previsible final para este milésimo concierto. Pasada esta efeméride, ¿cual será su paso mil y uno? ¿Regresarán al estudio?

“Adiós es la palabra más dulce cuando estás seguro del regreso…” (Yosi)

POR TRENCA
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